El grado de penetración de las balas es de unas 350 páginas según nos cuenta uno de los combatientes que, tras las trincheras del frente de Filosofía y Letras en Ciudad Universitaria, se protegía del fuego enemigo con incunables, enciclopedias y también biblias. En las ventanas de la Facultad las obras de Voltaire, Goethe y Cervantes, entre otros autores, sirvieron de barricadas improvisadas y en los tiempos muertos del combate fueron leídas por los soldados y brigadistas que defendían el frente de Madrid del asedio de las tropas sublevadas.
Este proyecto toma como protagonistas a los libros que en la recién inaugurada Ciudad Universitaria en noviembre de 1936, fueron trasladados de las estanterías de las bibliotecas a las puertas y ventanas de las facultades, transformándose en parapetos en una de las primeras batallas de la Guerra civil española. Un año después, gracias a la colaboración entre bibliotecarios y soldados voluntarios, una selección de dichos ejemplares pudieron ser salvados de su entierro entre los escombros. Su labor nos ha permitido que no sólo contemos con el valor de sus escritos y esas ediciones únicas, sino también con otra forma de acercarnos a uno de los episodios más terribles de nuestra historia. La Batalla de Madrid se nos muestra a través de las rasgaduras y de los orificios de aquellos libros cuya función cambió radicalmente, pasando a importar más el grueso de su lomo que su propio contenido. En la Biblioteca Histórica de la Complutense, donde se atesoran estos tomos, pude fotografiar sus heridas de guerra. Allí, Javier Tacón, jefe del Departamento de Conservación y Restauración, contaba que son restaurados dejando los desperfectos causados por la metralla y otras agresiones derivadas del conflicto, y que ya no sólo se tratan como ejemplares únicos o primeras ediciones para su conservación, sino como objetos arqueológicos. Las huellas de su historia, de nuestra historia, deben permanecer como si de antiguos fósiles se tratara. Cabe recordar que estos tomos no dejaron de ser leídos, pues mantuvieron su función entre casquillos y esquirlas. Se dice habitualmente que un libro te puede cambiar la vida, pero en este caso un libro podía, literalmente, salvártela.
La instalación principal está compuesta por los siguientes elementos:
→ 48 impresiones en papel Hahnemühle PhotoRag 188 g/m² con tintas pigmentadas enmarcadas por las dos caras con cristal museo en aluminio (24 marcos en total). Dimensiones: 30 x 40 cm c/u.
→ Estantería metálica galvanizada de ángulo ranurado. Dimensiones: 250 cm de largo x 180 cm de alto x 15 cm de ancho.